viernes, 2 de marzo de 2012

BARRIO HORIZONTES



A través del libro Y la palabra se hizo barrio: Recuperación histórica del barrio Horizontes. para sus autores, la importancia de las historias deriva en la fuerza que estas tienen respecto al contexto de la época y sus costumbres propias, en las cuales se rescata la vida tranquila y rural que después de los años 50 cambió totalmente de manera agitada con el crecimiento desmesurado y rápido de la ciudad, cambiando sus dinámicas y dejando en el olvido la forma en como de manera comunitaria existía un apoyo para el desarrollo y mejoras en la calidad de vida de sus habitantes.


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El barrio Horizontes se encuentra ubicado en el sector de El Codito, desde la calle 175 hasta la calle 190 y desde la carrera 7ª hasta la carrera 2 este.

La historia del Barrio se remonta a la finca Horizontes propiedad del señor Arturo Manrique, la cual la cuidaban el señor Roberto Duarte y Elsa Eslava. A finales de los años sesenta murió Manrique, heredándola su hijo Álvaro quien se la vendió al señor Domingo Cristancho.

Para la mayoría de los habitantes de este barrio entre ellos, los más jóvenes la figura del señor Cristancho les es muy conocida debido a que este señor fue el que empezó a lotear la finca, vendiendo lotes de manera pirata ya que no contaban con vías, ni servicios públicos y así fue como la mayoría del barrio compró estos lotes con unas promesas de venta y no escrituras debido a la inconformidad legal y a su inocencia.

Esta fue la primera necesidad que tuvieron sus habitantes para organizarse comunitariamente y recuperar las tierras que con tanto esfuerzo compraron para como muchos de sus habitantes afirman “poder meter cabeza en un lugar propio”.

Sin contar las miles de formas que inventaban para lograr acceder a los servicios públicos en el barrio así fuera de manera pirata, como es el caso del agua, la cual tomaban del tanque de San Antonio e iban a lavar en la Quebrada de la 173 con 7ª, a la que le dicen Zaraus. (Pantoja, 2000). Lugares que con el tiempo a través de la conexión de mangueras que ellos mismos instalaron, lograron traer el agua directamente al barrio.

Sin embargo, las investigaciones hechas en el año 1997 en el barrio Horizontes, publicadas en el libro “Y la palabra se hizo barrio” concluyen que: 

“Ahora cuando se cuenta con los servicios públicos domiciliarios, una pequeña infraestructura de educación, la pavimentación de las vías principales y el auge del comercio, todo ello resultado de la organización comunitaria, pareciera que esos lazos de solidaridad se hubieran extinguido con el tiempo y las conquistas de la lucha cotidiana colectiva… A mayor número de beneficios menor unidad de la comunidad.”


Parece ser que con el crecimiento demográfico, la visión de comunidad se desmoronó, los nuevos habitantes que antes eran unos cuantos desconocidos pasaron a superar el número de los conocidos y vecinos de toda la vida. Ahora son más los que no se conocen, los que no comparten los mismos problemas que los aquejan y los que antes lo hacían, ahora dejaron de sentir tan suyo aquel territorio por el que años antes lucharon como barrio.