viernes, 25 de mayo de 2012

Reseña. El postmodernismo o la lógica cultural del capitalismo avanzado

Investigación.

EL POSTMODERNISMO O LA LÓGICA CULTURAL DEL CAPITALISMO AVANZADO,




Título del libro: el posmodernismo o la lógica cultural del capitalismo avanzado
Autor: Frederic Jameson
Año de publicación: 1991
Editorial: Ediciones Paidós, Buenos Aires, Barcelona, México.





Para la elaboración de este ensayo el autor se ha basado en el economista Ernest Mandel, autor del libro El capitalismo Tardío[1], el cual ahonda en un análisis que tiene como objetivo revelar que esta nueva sociedad es tan solo una etapa del capitalismo, incluso más pura que cualquier anterior etapa.

Entonces, para Jameson, las profecías sobre la nueva sociedad que no obedece a las leyes del capitalismo clásico, es la primacía de la producción industrial y la omnipresencia de la lucha de clases propia del capitalismo. Esta teoría al igual que cualquiera de las teorías postmodernistas, las enmarca como posturas políticas, ya sean matizadas o explícitas, ante la naturaleza del actual capitalismo global y las cuales considera no deben hacer parte de un periodo enmarcado en una línea de tiempo homogenizada sino que al contrario, concibe la postmodernidad lejos de la noción de un estilo para pasar a ser una dominante cultural, que pudo haber existido desde el romanticismo.

La diferencia con el actual postmodernismo se basa en que la producción estética actual que vive al margen de la innovación y experimentación, entrando en el mundo de las mercancías y la sobreproducción de lo nuevo, que a veces puede llamarse industria cultural y que hoy en día se ve en la arquitectura postmoderna financiada por multinacionales y bancos, hasta ser fuente barata de inspiración para la publicidad o las modas pasajeras de ideologías y conocimiento, que también es fuente de consumo para la sociedad actual.

En cuanto a esto, Jameson establece unos postulados en los cuales intenta explicar o analizar el fenómeno de la postmodernidad en este capitalismo tardío y el objeto o sentido del mismo en la actualidad.

Reflexiones sobre la misión del arte político en el apabullante nuevo espacio mundial del capital tardío o multinacional:

1.       La deconstrucción de la expresión.
La superficialidad de la postmodernidad en el arte no permite que se revelen declaraciones políticas poderosas y críticas que permitan cuestionar o reflexionar acerca de la sociedad contemporánea, pues aunque estas declaraciones estén implícitas en la obra, por la superficialidad misma de la sociedad no pueden ser deconstruidas.

Algunas de estas banalidades a las que Jameson llama “el ocaso de los afectos”[2] y tienden a ser impersonales, pueden ser: la interiorización de la expresión que no permite argumentarla, la dialéctica de la esencia y la apariencia, lo latente y la represión reflejada en el interés por lo decorativo, entre otras faltantes que fragmentan el sujeto alejándolo de todo afecto, sentimiento y subjetividad que le impide reflexionar sobre su pérdida de la identidad a través de una eufórica e impersonal expresión que pretende más llamar la atención u obnubilar sus problemáticas y faltantes reales.

2.       La postmodernidad y el pasado.
La desaparición del sujeto individual, y su consecuencia formal de la creciente disipación del estilo personal, engendran la práctica casi universal de lo que se puede llamar pastiche[3]. Logrando que la norma se esfume de la literatura moderna, que proliferen los códigos sociales en las jergas profesionales y disciplinarias y, que la adhesión a grupos minoritarios se vuelva un fenómeno político en donde la cultura tardo-capitalista no sólo refleja la ausencia de todo gran proyecto colectivo, sino también el desvanecimiento del viejo lenguaje nacional. Entonces según Jameson,  el pastiche es el reflejo de la sociedad contemporánea que a través de la parodia vacía que pierde su vocación, es la imitación de un estilo verdadero pasado, como hablar un lenguaje muerto. Entonces los artistas postmodernos carecen de un estilo único que les obliga a remontarse al pasado a imitar estilos muertos.

Por otro lado, hoy en día existe un notable aumento de una adicción a la imagen fotográfica y existe una conexión nostálgica con el pasado con un intento desesperado de apropiarse del pasado a través de la moda y el cine nostálgico. En otras palabras vivimos una crisis de la historicidad, una búsqueda de la identidad a través de retazos del pasado o simplemente tratando de representar de manera vacía la esencia humana a través de la imagen.

3.       La ruptura de la cadena significante.
Entendida como la incapacidad de organizar el pasado y el futuro en una experiencia coherente que difícilmente puede producir algo más allá de pequeños fragmentos. Es decir, se rompe la cadena de significantes que no permite obtener un significado coherente, creando un arte esquizofrénico alejado de la temporalidad y la realidad misma. La antigua obra de arte ha pasado a ser un texto cuya lectura tiene lugar por la diferenciación más que por la unificación de conceptos.

4.       Lo sublime histérico
El arte como representación y expresión de la realidad refleja la perdida de profundidad del mundo contemporáneo. Entonces, el terror instaurado por aquello tan grande y omnipresente en todos los lugares como la globalización, se enmarca en el concepto de lo sublime de Burke, una cuestión, que según Kant, sobrepasa el poder y la inconmensurabilidad entre el hombre y la naturaleza; hasta el punto de afectar los límites que impiden dotar de representación algo tan inmenso.

A su vez Jameson en este pasaje propone como antagónicos el papel de la naturaleza, la cual se encuentra olvidada por la esquizofrenia del hombre y ha sido sustituida por la tecnología, algo que él llama el eclipse de la naturaleza.

Sin embargo, la tecnología ha logrado su cometido auténtico de evocar un futuro espacio postmoderno en el cual, a diferencia de los años noventa, se ha instaurado un acercamiento de nuevo hacia la naturaleza. Pues, aquel eclipse histérico de lo sublime, llegó al límite en el que la sociedad histérica ahora busca con más certeza un acercamiento al orden natural y real de las cosas, instaurando un acercamiento a la comunidad misma  y la naturaleza.

Podría decirse que el capitalismo tardío ha tratado de entrar en una etapa de descentralización, que bajo la hegemonía del poder económico y mediático que no lo permite, la sociedad misma ha buscado la salida en la distribución del poder en pequeñas comunidades. Lo cual ha hecho que teorías instauradas como el cyberpunk, propias de un futuro lejano, se acerquen cada vez más, no a través de una alta tecnología sino al contrario de una baja tecnología que acerca ese futuro a la cotidianidad misma. Estamos desenvolviéndonos en una nueva etapa en la que algunos han logrado idealizar y aterrizar ese sublime a ideas desinteresadas de un poder global por el interés de lo real, de quienes le rodean.

5.       El postmodernismo y la ciudad.
El espacio postmoderno es la apropiación de un espacio cualquiera que desde la esquizofrenia de la lógica cultural del capitalismo tardío, sugiere nuevos y variados modos de percepción y significado de ese mismo espacio y que a su vez genera nuevas dinámicas de relación con éste, que atado a estos variados retazos de significados; conforma relatos muchas veces invisibles ante los ojos del mismo espectador.

6.       La abolición de la distancia crítica
Sin importar si se es crítico o por el contrario fanático, es imposible pensar el actual capitalismo y la postmodernidad en la que vivimos desde un supuesto punto de vista que implique no estar inmersos o ser parte de ella. Por tanto, no se puede pensar la postmodernidad como un hoyo negro, del cual no se podrán ver desarrollo y beneficios. Por el contrario, como Jameson sugiere, se debe pensar la evolución cultural del capitalismo tardío como una dialéctica no solo desde una concepción radical respecto a la naturaleza de esta política cultural como un espacio temporal, sino por el contrario anacrónico. Es de importancia entender y empezar a construir bases que nos ayuden a desenredar la confusión actual que representa la postmodernidad desde la postmodernidad misma que estamos viviendo y no tratando de entenderle como un período histórico alejado de nuestra realidad.

Lo cual podría llevarnos a suponer que el postmodernismo tenga una realidad histórica, que por estar siendo experimentada en este momento puede estar alejada del conocimiento científico y solo el tiempo en el cual podamos estar inmersos, desenvolvernos, ser partícipes de sus dinámicas y experimentar el cambio a través de la posmodernidad misma, nos llevará a poder comprenderle y analizarle.

Entonces Jameson afirma que, el reto que queda en la era de la postmodernidad es empezar a entender de nuevo nuestra situación como sujetos individuales y colectivos y recuperar nuestra capacidad de acción y de lucha, hoy neutralizada por nuestra confusión espacial y social, la cual hoy, en mi opinión se va esbozando en una vuelta a lo local y una distribución del poder en pequeñas comunidades, una nueva mirada a la relación con la naturaleza la cual ligada a la tecnología intenta descubrir de maneras recursivas y económicas; cómo recuperar aquella relación con la naturaleza para que le permita a la sociedad entenderla como una realidad o una verdad natural e inherente al hombre.


[1] El capitalismo tardío. Ernest Mandel. México: Ediciones Era, 1972/1979.
[2]Tomado del Ensayo Lógica cultural del capitalismo Tardío de Frederic Jameson, Capítulo 2: La postmodernidad y el pasado, Página 6.
[3]Concepto de Thomas Mann (en DoktorFaustus) y que éste, a su vez, tomó de la gran obra de
Adorno sobre los dos caminos de la experimentación musical avanzada (la planificación innovadora de Schoenberg y el eclecticismo irracional de Stravinsky), que ha de diferenciarse claramente de la idea común de parodia. Tomado del Ensayo Lógica cultural del capitalismo Tardío de  Frederic Jameson, Capítulo 2: La postmodernidad y el pasado, Página 9.