lunes, 30 de enero de 2012

BARRIO ALTA BLANCA



A través del libro Alta Blanca: historias comunes - vivencias propias. Logramos conocer pequeños fragmentos que albergan historias de valor de sus habitantes, de lugares populares y actividades culturales propias de su comunidad.

Su historia se remonta a la vereda de Barrancas, la cual se formó por campesinos y mineros que ayudaron a construir la vía férrea a Tunja. Con el tiempo se fue poblando y llegaron más familias que trabajaban en Cementos Samper, en canteras, algunos eran transportadores o trabajaban en los colegios campestres de la zona y fincas aledañas.


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Podemos ver en la forma en cómo nació el barrio Alta Blanca, que el barrio Barrancas es un lugar importante en la formación de los actuales barrios aledaños, convirtiéndolo en un lugar común y reconocido por los habitantes de los demás barrios cercanos. Entonces, resulta muy probable que las historias y costumbres de los demás barrios tengan todas entre si una relación con la historia de Barrancas y Alta Blanca.

Al remontarnos a sus inicios y ver la relación que tiene la historia de una gran mayoría de barrios populares de Usaquén, encontramos que los primeros habitantes de estos barrios eran campesinos o mineros que trabajaban en canteras de la zona.

Debido al crecimiento demográfico y a la integración de Usaquén al área metropolitana en la década de los años sesenta; hoy, en el barrio Alta Blanca existe una comunidad consolidada en la que no existe la misma unión de muchos años atrás, puesto que el barrio ha crecido y nuevos habitantes lo han ocupado.

Sin embargo, las fiestas de fin de año son un motivo de reunión y participación de todo el barrio, como las novenas en las cuales los habitantes se ponen de acuerdo por cuadras para preparar algunos platos o postres y para rezar la novena de aguinaldo con los niños, quienes llegan disfrazados de pastorcitos, san José, María, muñecas, incluso hasta de Batman y Spiderman. Además de la participación de las mujeres líderes, quienes para esa época tenían la capacidad de gestión e integración de la comunidad a través de actividades deportivas como los campeonatos de baloncesto y la organización de la Carrera Atlética con salida en la calle 156 frente a la Iglesia del Consuelo.

Hoy en día, además de la tradición de las novenas, otra de las costumbres y lugares populares que aún existe, es la de visitar la “Plaza Gitana” que se ubica los fines de semana al lado del puente peatonal de la calle 162 con Avenida Séptima, lugar donde se ubicaba en primera instancia, antes de tuviera que volverse itinierante, pues al no estar titulado el barrio como lugar comercial sino residencial, tuvo que por ley desalojar y fue así como los comerciantes de la plaza estuvieron un rato de manera ambulante por ese sector y recibiendo el nombre de “Plaza Gitana” por parte de sus habitantes.

Aún hoy en día el barrio y sus aledaños tienen un movimiento residencial y comunitario fuerte a pesar de los muchos nuevos habitantes que viven en inquilinatos o que abrieron un pequeño local comercial pasando como desconocidos frente a los rostros envejecidos y conocidos de siempre.

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